El voluntariado está para conectar muchas cosas que están desconectadas, bien
porque nunca lo estuvieron, bien porque lo estuvieron pero dejaron de estarlo, o
bien porque no lo están del todo, o no están bien conectadas. Estoy plenamente
convencido de que los procesos de ayuda son, sobre todo, conexiones a muchos
niveles. Y cuantas más cosas seamos capaces de poner en conexión (recursos,
posibilidades, personas, sueños, espacios...), más eficaz será nuestra ayuda.
Precisamente, gran parte de los problemas sociales tienen su base en desconexiones en el ámbito del ser, del tener o del estar. Una sociedad desconectada de sus gobernantes, desconectada entre sus ciudadanos y ciudadanas, desconectada entre sus funciones y estructuras, desconectada de la ética en sus acuerdos y contratos, desconectada de las otras sociedades, desconectada de lo humano y de la naturaleza, desconectada de su identidad propia y de su identidad cosmopolita global, es una sociedad enferma, con su tejido social dañado.
Conceptualizar el voluntariado como un "conector" puede ayudarnos a comprender mejor sus muchas posibilidades, al tiempo que desde esta nueva mirada, seguro que hace surgir nuevas conexiones también en nuestra mente creativa, de cara a proponer nuevas vías y caminos. En definitiva el voluntariado debe tejer redes a muchos niveles, para generar nuevos tejidos o regenerar los que están enfermos o heridos. Veamos entonces a qué tipo de conexiones me refiero:
1. Conexión entre NECESIDADES y RECURSOS. El voluntariado trabaja de forma preferente en los campos de la necesidad humana, muy variados y de muy diversa gradación. Es cierto que el voluntariado es muchas veces el recurso, pero más que un fin en sí mismo, creo que es un medio que busca conexiones entre las necesidades humanas y los recursos posibles, tanto materiales como no materiales, para satisfacer dichas necesidades. Y si no hay recursos, el voluntario también tiene la capacidad de movilizar el que se puedan crear.
2. Conexión entre la PERSONA y su POTENCIAL. Muchas situaciones de pobreza y necesidad humana tienen su origen en la desconexión vital o existencial que sufren algunas personas entre lo que son, lo que sufren también, y lo que pueden llegar a ser. Alguien tiene que ayudar a estas personas a encontrar un hilo conductor, un sentido, un rayo de esperanza que les haga proyectar su vida con sentido, ya que sin esta fuerza motivacional es difícil salir adelante. Este potencial también incluye
Precisamente, gran parte de los problemas sociales tienen su base en desconexiones en el ámbito del ser, del tener o del estar. Una sociedad desconectada de sus gobernantes, desconectada entre sus ciudadanos y ciudadanas, desconectada entre sus funciones y estructuras, desconectada de la ética en sus acuerdos y contratos, desconectada de las otras sociedades, desconectada de lo humano y de la naturaleza, desconectada de su identidad propia y de su identidad cosmopolita global, es una sociedad enferma, con su tejido social dañado.
Conceptualizar el voluntariado como un "conector" puede ayudarnos a comprender mejor sus muchas posibilidades, al tiempo que desde esta nueva mirada, seguro que hace surgir nuevas conexiones también en nuestra mente creativa, de cara a proponer nuevas vías y caminos. En definitiva el voluntariado debe tejer redes a muchos niveles, para generar nuevos tejidos o regenerar los que están enfermos o heridos. Veamos entonces a qué tipo de conexiones me refiero:
1. Conexión entre NECESIDADES y RECURSOS. El voluntariado trabaja de forma preferente en los campos de la necesidad humana, muy variados y de muy diversa gradación. Es cierto que el voluntariado es muchas veces el recurso, pero más que un fin en sí mismo, creo que es un medio que busca conexiones entre las necesidades humanas y los recursos posibles, tanto materiales como no materiales, para satisfacer dichas necesidades. Y si no hay recursos, el voluntario también tiene la capacidad de movilizar el que se puedan crear.
2. Conexión entre la PERSONA y su POTENCIAL. Muchas situaciones de pobreza y necesidad humana tienen su origen en la desconexión vital o existencial que sufren algunas personas entre lo que son, lo que sufren también, y lo que pueden llegar a ser. Alguien tiene que ayudar a estas personas a encontrar un hilo conductor, un sentido, un rayo de esperanza que les haga proyectar su vida con sentido, ya que sin esta fuerza motivacional es difícil salir adelante. Este potencial también incluye
"reconectar" a la persona con sus posibles redes de ayuda, que incluyen vecinos,
amigos, familiares.
3. Conexión entre una COMUNIDAD y sus SUEÑOS. Hay comunidades de personas, cuyas hondas dificultades y procesos difíciles de pobreza, marginación, catástrofes, o situaciones de violencia extrema, tienen mermada y ensombrecida su capacidad para enfocarse en lo que de verdad les importa y les da sentido como tal: sus sueños y aspiraciones. Para ello el voluntariado debe ayudarles a recuperar su pasado o memoria histórica, tomar conciencia del presente y enlazar con su futuro, con sus sueños en definitiva, su propósito colectivo. Estos sueños se materializan en proyectos, y para ello también el voluntariado dinamiza "las fortalezas" de dicha comunidad para ponerlas al servicio del sueño o proyecto.
4. Conexión entre la SOLIDARIDAD y la JUSTICIA. El voluntariado representa un tipo de solidaridad que persigue un ideal de justicia social, es decir, la solidaridad es un medio para lograr un fin mayor de justicia social. Cuando este horizonte de justicia no se contempla o no está claro, entonces la solidaridad no sabe a dónde va, y es presa fácil de ser utilizada por el mercado y otros fines económicos y comerciales. Tenemos que preguntarnos siempre: ¿a quién sirve esta solidaridad? ¿Qué papel tienen aquí los marginados, en esta acción solidaria, qué se persigue con ella? Muchos telemaratones, festivales solidarios y eventos adornados de solidaridad, en realidad persiguen otros fines, o anteponen el beneficio privado sobre el bien común y de los más pobres.
5. Conexión entre lo LOCAL y lo GLOBAL. Ya no tiene sentido actuar en lo local sin tener en cuenta la dimensión global en que nos hallamos insertos, como tampoco lo tiene actuar globalmente sin aterrizar en la realidad, sin concretar en un punto del espacio-tiempo. Pensar globalmente y actuar localmente, manteniendo la conexión de ambas dimensiones, debe ser una constante en los modos de hacer y de proyectar del voluntariado.
6. Conexión entre el SER HUMANO y la NATURALEZA. La dinámica de interacción entre el ser humano y los recursos naturales, cada vez atrae más nuestra atención, sabedores de la importancia que ello tiene, no sólo en la sostenibilidad medio- ambiental, sino también en el buen vivir y la felicidad humana, así como el retorno a formas de vida, de alimentación o de explotación de los recursos, más autónomas y menos dependientes, más éticas y menos especulativas, más democráticas y menos demagógicas.
7. Conexión entre la DIVERSIDAD y la INCLUSIVIDAD. Muchos problemas sociales vienen determinados por la incapacidad de algunas personas y comunidades de conectar estas dos ideas complementarias: una diversidad de personas y culturas en un proyecto social inclusivo y de identidad compartida, que no significa en modo alguno la renuncia a las propias raíces histórico-culturales, sino el enriquecimiento mutuo y compartido. Es el voluntariado, pues, un agente de integración de las diferencias, de su conexión en torno hacia un acuerdo o contrato en el que podemos convivir y compartir.
3. Conexión entre una COMUNIDAD y sus SUEÑOS. Hay comunidades de personas, cuyas hondas dificultades y procesos difíciles de pobreza, marginación, catástrofes, o situaciones de violencia extrema, tienen mermada y ensombrecida su capacidad para enfocarse en lo que de verdad les importa y les da sentido como tal: sus sueños y aspiraciones. Para ello el voluntariado debe ayudarles a recuperar su pasado o memoria histórica, tomar conciencia del presente y enlazar con su futuro, con sus sueños en definitiva, su propósito colectivo. Estos sueños se materializan en proyectos, y para ello también el voluntariado dinamiza "las fortalezas" de dicha comunidad para ponerlas al servicio del sueño o proyecto.
4. Conexión entre la SOLIDARIDAD y la JUSTICIA. El voluntariado representa un tipo de solidaridad que persigue un ideal de justicia social, es decir, la solidaridad es un medio para lograr un fin mayor de justicia social. Cuando este horizonte de justicia no se contempla o no está claro, entonces la solidaridad no sabe a dónde va, y es presa fácil de ser utilizada por el mercado y otros fines económicos y comerciales. Tenemos que preguntarnos siempre: ¿a quién sirve esta solidaridad? ¿Qué papel tienen aquí los marginados, en esta acción solidaria, qué se persigue con ella? Muchos telemaratones, festivales solidarios y eventos adornados de solidaridad, en realidad persiguen otros fines, o anteponen el beneficio privado sobre el bien común y de los más pobres.
5. Conexión entre lo LOCAL y lo GLOBAL. Ya no tiene sentido actuar en lo local sin tener en cuenta la dimensión global en que nos hallamos insertos, como tampoco lo tiene actuar globalmente sin aterrizar en la realidad, sin concretar en un punto del espacio-tiempo. Pensar globalmente y actuar localmente, manteniendo la conexión de ambas dimensiones, debe ser una constante en los modos de hacer y de proyectar del voluntariado.
6. Conexión entre el SER HUMANO y la NATURALEZA. La dinámica de interacción entre el ser humano y los recursos naturales, cada vez atrae más nuestra atención, sabedores de la importancia que ello tiene, no sólo en la sostenibilidad medio- ambiental, sino también en el buen vivir y la felicidad humana, así como el retorno a formas de vida, de alimentación o de explotación de los recursos, más autónomas y menos dependientes, más éticas y menos especulativas, más democráticas y menos demagógicas.
7. Conexión entre la DIVERSIDAD y la INCLUSIVIDAD. Muchos problemas sociales vienen determinados por la incapacidad de algunas personas y comunidades de conectar estas dos ideas complementarias: una diversidad de personas y culturas en un proyecto social inclusivo y de identidad compartida, que no significa en modo alguno la renuncia a las propias raíces histórico-culturales, sino el enriquecimiento mutuo y compartido. Es el voluntariado, pues, un agente de integración de las diferencias, de su conexión en torno hacia un acuerdo o contrato en el que podemos convivir y compartir.
8. Conexión entre el NORTE y el SUR. El voluntariado sirve para conectar dos mundos todavía muy distantes entre sí, tanto si nos referimos a tercer como a cuarto mundo (pobreza y marginación en los núcleos urbanos). Si no fuera por los voluntarios y cooperantes, estas dos realidades estarían todavía más separadas entre sí, y no se hubieran iniciado interesantes procesos o vías de solución como el Comercio Justo, la Educación para el Desarrollo Humano, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), o el avance en los proyectos de Cooperación al Desarrollo.
9. Conexión entre la REALIDAD y la INFORMACIÓN. Son muchas veces los voluntarios y voluntarias sobre el terreno, los que nos permiten de primera mano y sin los sesgos propios de los medios de comunicación, saber lo que pasa en las zonas donde desarrollan su labor. Otras veces son los voluntarios los que informan a los medios, o comparten sus experiencias y percepciones en las redes sociales. También informan a través de sus testimonios en espacios formativos o comunicativos con este fin. Por último, la sociedad, cada vez más, tiene la ocasión de contrastar lo que se dice en los medios oficiales o masificados, con las opiniones más próximas y humanas de los cooperantes o voluntarios.
10. Conexión entre la ÉTICA y los ACUERDOS. El voluntariado es una especie de despertador ético de la sociedad, es una llamada a nuestra conciencia del otro, a la conciencia social, a los grandes principios o Derechos Humanos. En este sentido hace visibles los niveles de ética o humanidad que tiene una sociedad o comunidad determinada y los pone encima de la mesa formulando preguntas que despiertan nuestra conciencia en torno a los principios del contrato social, o de ese acuerdo democrático mediante el cual regulamos nuestra sociedad, un acuerdo que implica intercambios diversos, así como derechos y deberes. El voluntariado pone en evidencia no sólo si los términos del contrato social se están cumpliendo por gobernantes y ciudadanos, sino también si el propio acuerdo a día de hoy es válido, es decir, es útil y eficaz para administrar con justicia a la sociedad, especialmente a esa parte de la sociedad menos favorecida o con más dificultades.
Disponible a través del catálogo de Dinámicas de Grupo Cocinando Aprendizajes.