Este juego tiene como finalidad despertar en los participantes una mirada prosocial hacia su entorno más próximo, siendo capaces de detectar mejor las necesidades humanas, al poner nombre a los sentimientos y situaciones que hay detrás de ellas.
El autor del mismo es César García-Rincón de Castro (2018), quien lleva varios años utilizando el modelo teórico de las 6 Huellas del Buen Samaritano en talleres, conferencias, cursos de postgrado y diversos proyectos educativos de Pastoral Social. Ahora ha creado este juego y en su día creó la canción "Como el Buen Samaritano" para trabajarla con niños/as. De ella también se hace eco este libro-juego, que incluye la partitura. La canción puede escucharse en este vídeo didáctico: https://www.youtube.com/watch?v=-6EBJ8CwYfs
También, al igual que el Buen Samaritano, pretende fomentar la empatía y la compasión hacia las situaciones de necesidad y sufrimiento, una compasión que nos mueva hacia una acción prosocial que comienza con un acercamiento a quien lo pasa mal, rompiendo las barreras y zonas de confort, analizando lo que nos ata a la comodidad o lo que nos impide lanzarnos a ayudar.
Del mismo modo quiere ofrecer pistas acerca de herramientas prosociales y de ayuda, fomentando el que los participantes las pongan en práctica entre ellos en el juego, y tomen ya pequeños compromisos de ayuda en su entorno en la semana posterior al juego.
Finalmente pretende que los participantes imaginen acciones misioneras y prosociales de forma cooperativa y vinculadas a su contexto y posibilidades actuales. Algunas de estas acciones surgidas de forma espontánea en el juego luego podrían ponerse en marcha como proyecto de aprendizaje-servicio.
El juego está pensado para 4-5 personas o jugadores, o bien para 4-5 parejas, una por ficha en el tablero.
Casillas “Samaritano”. Cuando se cae en esta casilla el jugador dice “de Samaritano a Samaritano y tiro porque soy tu hermano”, y se traslada a la siguiente casilla “Samaritano”.
Casillas de las “Necesidades Humanas”. Representan los diferentes sentimientos y necesidades que sufren las personas marginadas, maltratadas, excluidas, etc., expresadas en frases breves de un corazón roto que nos habla e interpela. He querido aquí hablar no tanto de problemas sociales etiquetados, cuanto de sentimientos y necesidades humanas que hay detrás de los mismos, con el fin de potenciar mejor la empatía y evitar esa distancia sociológica del “frío analista social”. También con ello, evitamos que algunas etiquetas puestas en la categorización de los colectivos sociales, que cambian con el tiempo, pierdan actualidad. Además, con ello logramos que el juego pueda adaptarse mejor a los diferentes contextos y personas que juegan al mismo.
Por eso, las casillas están numeradas con el mismo símbolo del corazón interpelante, y las necesidades de las mismas están en un listado aparte. Las frases que propongo están en un listado aparte, pero no en el tablero, con el fin de que cada cual pueda personalizar el juego, si lo desea, con otras frases/necesidades que le interesen más en su contexto. Lo puede hacer como un listado asignado a los números de las casillas, o bien con tarjetas boca-abajo que se van sacando cada vez que alguien cae en la casilla de necesidad humana / corazón roto.
Cuando se cae en una casilla de estas, se lee la frase correspondiente y se vuelve a tirar el dado, y en función del número que salga, el jugador tiene que contar a los demás jugadores algo relacionado con las seis huellas del Buen Samaritano en esa necesidad-situación representada por la frase. Estas seis huellas están asignadas a funciones en los 6 números del dado.
Casillas “Mochila Prosocial”. Cada número del dado corresponde a una actitud prosocial básica para ayudar. Como experto en Educación Prosocial, no he querido hablar tanto de conductas y habilidades, cuanto de actitudes básicas que orientan el comportamiento prosocial, porque si proponemos sólo conductas, pero no educamos actitudes, las conductas no permanecen mucho tiempo. La actitud siempre es más estable y puede aplicarse a una variada gama de comportamientos. Al caer en esta casilla se tira el dado, y en función del número que salga, cada jugador/a deberá promover un tipo de actitud prosocial representada en una Mochila Prosocial.
Final del juego. El juego termina cuando un jugador/a logra llegar a la casilla de la COMUNIDAD de VIDA, o bien cuando llega el último jugador, dando opción a que todos lleguen, y de este modo dar más posibilidades de que salgan más ámbitos de necesidad y herramientas. Si nadie llega y se acaba el tiempo de la clase o jornada no hay por qué preocuparse, lo importante es participar y haber aprendido juntos/as, así como reflexionar tras el juego. Cuando se llega a esta “Comunidad de Vida”, el jugador dirá “He llegado a la Comunidad de Vida y celebro lo aprendido en esta partida”.
Este juego está disponible en AMAZON, colección Dinámicas de Grupo Recortables, nº 9.