Proyecto educativo de Inteligencia Caritativa: cómo desarrollarla en un marco competencial y de innovación pedagógica
Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, los cuales después de despojarlo y de darle golpes, se fueron, dejándolo medio muerto. Por casualidad un sacerdote bajaba por aquel camino, y cuando lo vio, pasó por el otro lado del camino. Del mismo modo, también un levita, cuando llegó al lugar y lo vio, pasó por el otro lado del camino. Pero un samaritano, que iba de viaje, llegó adonde él estaba; y cuando lo vio, tuvo compasión, y acercándose, le vendó sus heridas, derramando aceite y vino sobre ellas; y poniéndolo sobre su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacando dos denarios , se los dio al posadero, y dijo: "Cuídalo, y todo lo demás que gastes, cuando yo regrese te lo pagaré." Han pasado más de dos mil años de esta parábola y ni siquiera la psicología social ha sido capaz de expresar en menos palabras tanto y tan claro, un proceso lógico tan bien fundamentado. Seis huellas, seis pasos, seis dime